Protectores Solares

By Judy Contreras

Hoy en día los médicos hacen cada vez más hincapié en la necesidad de utilizar protectores solares para la piel SPF” (siglas en inglés para el factor de protección solar) que aparecen en las botellas de loción solar.

La mayoría creía que los protectores solares con un alto índice de protección solar son más efectivos contra las quemaduras solares y cáncer de piel que aquellos con un índice bajo.

El problema es que hay dos tipos de rayos ultravioletas (UV) con distintos efectos en la piel:

  • UVA: Alcanza totalmente la superficie terrestre; broncean de inmediato, pero su resultado es poco duradero. Tienen la capacidad de atravesar el vidrio y penetran hasta las capas más profundas de la dermis, donde generan radicales libres que provocan alteraciones celulares y causan el envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas y falta de elasticidad), además de provocar cáncer.
  • UVB: Penetran menos que los UVA, pero son más reflejantes; 90% es bloqueado por el ozono y por el oxígeno de la atmósfera y como son más energéticos resultan más dañinos para la biósfera. El daño más grave en el cuerpo es que queman el tejido.

     

Pero ambos tipos son potentes factores de riesgo del cáncer de piel.

Sólo los productos que protegen contra los rayos UVA y UVB pueden recibir la etiqueta de “amplio espectro”.

Cuanto más alto es el SPF en el antisolar, más largo es el periodo que te puedes exponer al sol sin que la piel se queme.

Pero eso no significa, por ejemplo, que un filtro solar de índice 15 sea la mitad de efectivo que el de 30.

Y es que un filtro solar de índice 15 protege en un 93% de los UVB, mientras que los de SPF30 protegen en un 97%, los de SPF50 protegen 98%, pero cuando llegan a 100 o por encima ya no pueden proteger más.

En general, los dermatólogos recomiendan un bloqueador solar con etiqueta SPF30.

También es importante asegurarse que son resistentes al agua y al sudor lo que significa que el bloqueador permanece en la piel por más tiempo cuando está mojada.

Según las regulaciones de la FDA, un filtro solar “resistente al agua” significa que mantiene su SPF tras 40 minutos en el agua, mientras que el “muy resistente al agua” puede durar hasta 80 minutos. Aplicarlo 30 minutos antes de salir al aire libre para obtener mejores resultados. Esto le da tiempo a la piel para absorber el bloqueador.

  • Volver a aplicarlo cada dos horas o después de cada baño en la piscina o el mar.
  • Limitar la exposición al Sol, especialmente al mediodía, cuando los rayos del sol son más fuertes.
  • Si es inevitable estar afuera al mediodía, es recomendable un poco de sombra, como un paraguas o un árbol.
  • Cubrir el cuerpo con mangas largas, pantalones, un sombrero y gafas de sol siempre que sea posible.

Pero aparte de utilizarlo en la playa o en la piscina, los dermatólogos recuerdan que también hay que usarlo durante el invierno, ya que a pesar de que los rayos ultravioleta B (UVB), los culpables de las quemaduras y del cáncer de piel, son de menor intensidad durante esta época del año, los efectos de los rayos UVA persisten.

Los expertos también advierten sobre el riesgo del uso constante de pantallas de los dispositivos electrónicos, los cuales emiten luz azul. Los efectos en nuestra piel a la exposición son: deshidratación, envejecimiento prematuro y manchas. Por eso debemos usar nuestro protector solar aún estando en nuestras casas.
Así que ya saben, siempre usen su pantalla solar y bloqueador aunque no salgan de casa.

Definitivamente la mejor crema anti-edad será un bloqueador solar.