El limpiador facial ayuda a mantener la piel limpia; elimina la suciedad, el sudor, el exceso de sebo (aceites producidos naturalmente por la piel), las bacterias y partículas presentes en el ambiente que diariamente se adhieren a nuestra piel. Los limpiadores faciales son más suaves que los productos no son específicos de rostro, y además de limpiar nos ayudan a mantener la piel hidratada.