Una buena hidratación hace que los niveles de agua de la piel estén equilibrados y que la barrera protectora se vea más fortalecida y flexible, lo que lleva a que zonas más delicadas y finas del cuerpo, como puede ser el rostro, estén protegidas de agentes externos tales como el clima, la contaminación o el propio maquillaje. Para que esto suceda, además de beber agua constantemente, debes incorporar una crema facial o serum tanto de día como de noche.